Mi logo no lo diseñé. Me eligió.

A veces, las marcas no se construyen con estrategia.
A veces, se canalizan. Se sienten. Se viven.

Este logo no nació de una lluvia de ideas ni de un briefing.
Nació en silencio, en un lienzo, mientras yo misma buscaba volver a mí.

No estaba pintando un logo, estaba escuchándome.
Y apareció una forma: el toroide.
Imperceptible al principio, poderosa después.
Un símbolo de expansión, de coherencia, de energía que fluye desde dentro hacia fuera. Es una forma geométrica universal que refleja cómo se mueve la energía en la naturaleza.

Simboliza:

  • Equilibrio entre expansión y conexión interna

  • Ciclo infinito de dar y recibir

  • Coherencia energética: todo lo que proyectas, vuelve

  • Autenticidad: creces hacia fuera sin perder tu centro

En el contexto del Marketing Vibracional, el toroide expresa esa idea de comunicar desde dentro hacia fuera, desde la esencia. No se trata solo de impactar, sino de vibrar desde el propósito, atraer desde la coherencia y expandirse con sentido.

 

Después llegó la luz, los colores, la tipografía…
Y con cada paso, sentía que no estaba creando una imagen, sino dando espacio a una energía que quería nacer.

Este logo es imperfecto. Y por eso, es perfecto.
Representa lo humano, lo vibracional, lo que no se ve, pero se siente.

He creado este vídeo para mostrarte su viaje. No técnico, sino emocional. No gráfico, sino esencial.
Porque cuando una marca nace del alma, no se lanza. Se honra.

Mira el vídeo aquí.

 

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